Hoy día, ¿qué chaval de quince años no tiene un móvil? Según el Instituto Nacional de Estadística, casi ninguno. Los padres se los facilitan a los adolescentes porque así los tienen localizados, pero quizá no lo harían con tanta alegría si supieran que «la mitad de los adolescentes hacen un uso del teléfono que está en el límite de lo adictivo».

Lo dice José Luis Carrasco, psiquiatra del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, que añade que el smartphone engancha tanto como la cocaína u otras drogas. «Es una adicción grave. El que la sufre no es capaz de concentrarse en nada, y sin aquello que le proporciona un estímulo, o sea, el móvil, se vuelve irritable», apunta el doctor Carrasco. Cuando surge un problema así, la solución pasa por retirar el teléfono. También se puede prevenir teniendo en cuenta el perfil del potencial adicto. «De carácter impulsivo, no tolera la monotonía y es proclive a engancharse a cualquier cosa que le proporcione gratificación inmediata», explica este psiquiatra.

Un reciente estudio de las universidades de Salamanca y León, publicado en European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education, se propuso evaluar los patrones de uso del teléfono móvil entre la población adolescente escolarizada en centros de Educación Secundaria. También han evaluado correlatos psicológicos (ansiedad, depresión) y conductuales y su asociación con el rendimiento escolar.

Para la realización del estudio contaron con 528 alumnos, con edades entre los 12 y los 19 años, pertenecientes a cinco centros educativos, cuatro públicos y uno concertado. Los instrumentos utilizados fueron el Cuestionario de Evaluación de la Depresión de Beck (BDI), el Cuestionario de Evaluación de la Ansiedad de Beck (BAI), las escalas de baja autoestima y problemas escolares del Cuestionario de Personalidad MMPI-A, y el Cuestionario para evaluar el uso excesivo del Móvil (COS).

Los resultados indican que un porcentaje significativo de estudiantes que abusan del teléfono móvil muestran sintomatología depresiva y ansiógena y baja autoestima. Un 14,8 % de los participantes obtiene puntuaciones que les sitúa en un rango de problemas escolares elevado o alto, a su vez vinculado con un uso patológico del teléfono móvil. Todos estos resultados ponen de manifiesto la necesidad de plantear intervenciones que reduzcan patrones conductuales desajustados y mejoren la convivencia escolar.

 

Fuente: revista Muy Interesante.

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