Señor Luis,

Tengo un problema. Hace tiempo fui denunciada por mi ex pareja de malos tratos a mi hija. En ese tiempo ella tenía 16 años. Ella fue acompañada de un educador. La sentencia salió inocente pero no hicieron caso ya que tuvieron en cuenta que estuve en tratamiento psiquiátrico y con fármacos. Estuve asistida en la salud pública siempre.

En el 2012 mi hijo tuvo un ACV y fui a verle ante la gravedad del asunto. Descubrí que no recibe los tratos familiares de respeto que yo conozco, por lo que empecé a exigir lo adecuado y tuve problemas, hasta que al final dejó el lugar. Desde el 2013 no lo veo. Me llegó una carta del centro de rehabilitación diciendo que mi hijo se niega a que yo me interesé por su salud por lo que de vez en cuando tengo una llamada diciendo que está bien. Las lesiones no fueron físicas. Tampoco se accedió a la mediación familiar que propuso la sentencia como solución al problema del conflicto con éxito.

También tuve un problema cuando comencé por primera vez con una pareja sentimental, acoso telefónico, retiré la denuncia y en la actualidad me doy cuenta que fue un trabajo ineficaz ya que en las compañías de teléfono tuve problemas y resolví desde hace unos meses apagar el teléfono y usar los públicos.

Ayer me fui a la policía para expone los hechos de que no se resolvió bien la situación de mi pareja, ni la acusación de maltrato y quería denunciar a los calumniadores, informándome que debía recurrir a un abogado. La verdad es que no tengo confianza ya, en nadie, me di alta voluntaria en salud menta. Padecí moobing laboral por estar trabajando irregular en mi formación profesional. Soy auxiliar de enfermería de la República Argentina, y auxiliar de ayuda a domicilio de España, por lo que no trabajo ni quiero.

Lo mejor que me pasó fue haber acudido a un especialista particular que me hizo una evaluación analítica y descartó enfermedad psiquiátrica pero añadió otra psicológica. Ahora tengo el problema de que nunca se descubrió que el maltratador era mi marido porque nunca lo dije, puesto que él se negó al tratamiento terapéutico de pareja cuando todavía éramos matrimonio.

Mi problema es que tengo desconfianza en todos los profesionales y el único doctor del que me fío hace poco es particular. Tampoco sé cuándo debo hacer la terapia, o qué debo hacer, porque tengo miedo de que me sigan confundiendo y privando de derechos a mi y a mis hijos. Y el padre está sin ser nunca atendido en salud mental, familiar para ayudarme a mí como madre de nuestros hijos.

La verdad, hoy cuento con su amistad, eso es bueno. Nada más. Gracias. Si hay algo en lo que me pueda ayudar trataré de hacer caso a su experiencia.

Susana

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